GUARDIA FIEL, LA VIDA, LA PRENSA Y LA TOGA
*Roberto Méndez*, presidente de la *Asociación de Periodistas de Santa Cruz*
El reloj de la Catedral Metropolitana marcaba las 14:35 del 12 de julio de 1994 cuando una llamada telefónica advirtió al Comando Departamental de la Policía, ubicado en la hoy Manzana 1, que los peligrosos asaltantes de bancos y secuestradores que estaban sembrando el pánico en Santa Cruz, Francisco Arguellas y Jorge Pedraza, de nacionalidad chilena y argentina, estaban en la calle San Miguel, hoy Casco Viejo del Plan Tres Mil. Por esa razón, las pocas y destartaladas patrullas que existían se dirigieron hasta la zona y cuando estaban por capturarlos en una casa, *fueron recibidos por una lluvia de balas y uno de los policías*, el capitán Raúl Flores Cardozo, recibió un tiro por encima de su chaleco antibalas.
*-Me dieron carajo-* gritó y se arrastró hacia donde estábamos los periodistas. Y a los pocos minutos murió desangrado con el pulmón derecho perforado mientras otro policía Carlos Saravia con dos balazos apenas salvó su vida. *Fue una jornada sangrienta* que despertó el amor propio de los guardianes del orden que después de una hora y media exterminaron, igual a balas, al llamado “Clan Arguellas”, peligrosos delincuentes que llegaron de Chile huyendo después de asaltar un banco, con un botín de $us500 mil.
Han pasado 28 años y recuerdo el episodio como si fuera ayer y en especial cuando vi llorar a los policías en el entierro de sus camaradas y cantar a viva voz su himno: *“Guardia fiel que te importa la vida… si alumbrando te mata el deber”* y ver a sus viudas y sus hijos abrazar los cajones envueltos con la bandera boliviana y el uniforme verde olivo, con los cuerpos de sus seres queridos.
Eran otros tiempos cuando los uniformados *no tenían el marbete con la bandera de la Wiphala* ni los militares eran obligados a gritar *“Patria o muerte”*, en un contrasentido con el art. 10 de la Constitución Política del Estado (CPE): “Bolivia es un Estado pacifista”.
¿Y por qué recordar esto?. Porque el periodista de la Red Unitel, Mario Rocabado, denunció que el 1 de noviembre de 2022, fue brutalmente golpeado por *grupos de choque del Movimiento al Socialismo* delante de los mismos agentes policiales y que, cuando, auxiliado por otro periodista, pidieron ayuda a la Policía, se la negaron y recomendaron “ botenló por ahí atrás”, olvidando la letra de su himno.
Los policías no realizaron la acción directa con el periodista, como se lo manda el Inc. 9 del art. 11 de la Ley 101 e incumplieron su Ley Orgánica: “la Policía cumple funciones preventivas y de auxilio, fundada en los valores sociales de seguridad, paz, justicia y preservación del ordenamiento jurídico (…), según el art.1.
Y pisoteron la Constitución Política del Estado: “La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de las leyes (…) ”, dice el art.251 de la CPE. Y “como institución, no delibera ni participa en acción política partidaria (…) dice el Inc. 1 del mismo 251.
En limpio, ha quedado en evidencia lo contrario; *la parcialización criminal de la Policía con los grupos de choque del MAS*, durante los días de paro cívico por el Censo 2023, aplastando el derecho de protesta emergente de un cabildo legal y legítimo realizado en Santa Cruz y contemplado en el art. 11 de la CPE. “la democracia directa y participativa se ejerce por medio del referendo, la asamblea, el cabildo (…) y que, al depender de la Presidenta o del Presidente del Estado por intermedio de la Ministra o Ministro de Gobierno”, lo que hemos visto, es un exceso de poder que desde tiempos remotos ha sido denominado de muchas maneras: Autoritarismo, Totalitarismo, Despotismo, Tiranía o Dictadura.
En resumen: *Terrorismo de Estado*, que debe ser contrarrestado por la misma CPE que en su art. 9 dice que “los fines esenciales de un Estado debe ser constituir una sociedad justa y armoniosa, donde, como dijo el filósofo romano Cicerón, cuando combatía a la dictadura de los Césares, “las armas cedan a la toga”, al afirmar que “las leyes son, sin ninguna duda, más poderosas que las armas. Y que las leyes son el límite del poder político.
Y policías y militares que recuerden la sentencia del Libertador Simón Bolivar hace 200 años: *“MALDITO EL SOLDADO QUE APUNTE EL ARMA CONTRA SU PUEBLO”*…