ALD en actos por Bicentenario y Gobernador en Sucre exige cumplir compromisos al gobierno
Antonio Talamás, presidente de la Asamblea Legislativa Departamental, afirmó que, como ente legislativo, la Asamblea participa activamente en todos los actos protocolares en el marco del Bicentenario. Asimismo, se refirió a la proximidad de las elecciones presidenciales y, a 11 días de su realización, hizo un llamado a la conciencia ciudadana, recordando que «no solo debemos emitir nuestro voto de manera libre, sino también defenderlo y mantenernos vigilantes. Solo así, podremos superar la crisis social, económica y política que atraviesa el país», expresó.
Talamas pide unidad y trabajo coordinado en festejo del Bicentenario de Bolivia
Hoy, en este bicentenario de nuestra independencia, nos encontramos en un momento de historia cargados de memoria y, sobre todo, de decisiones. Hace 200 años, hombres y mujeres de distintas procedencias se pusieron de acuerdo en no soportar sometimientos e imposiciones; que la libertad sería patrimonio de todos. Esa libertad que hoy, no es sólo una fecha para recordar: es una responsabilidad de cada uno de nosotros, sin distinción de región, color político o posición social.
Quiero decirles con el corazón abierto que Bolivia necesita más que nunca unidad y libertad. No es momento de profundizar fracturas, sino de sanar heridas. La patria se forjó en el acuerdo de diversos pueblos; Bolivia debe construirse sobre la reconciliación democrática y el respeto mutuo entre bolivianos. No hay futuro sólido si continuamos viendo al otro como adversario. Somos una sola nación, y hoy más que nunca debemos pensar y actuar como tal.
Dentro de 11 días, los bolivianos tendremos la oportunidad de hacer escuchar nuestra voz en las urnas. Ese acto de votar libremente, con conciencia y defendiendo el resultado, es el mayor acto de patriotismo que podemos tener. La democracia no se defiende con discursos de confrontación, sino con participación y respeto. Por eso, hago un llamado a todos para que ejerzan su derecho, cuiden el proceso, eviten que intereses ajenos a la voluntad popular lo manchen y, sobre todo, respeten la decisión colectiva. La voluntad mayoritaria debe ser el faro que guíe nuestro camino.
Pero no basta con votar. La libertad plena exige un compromiso con la transparencia. Sabemos que el país atraviesa una crisis económica profunda. Lo hemos visto en los precios que golpean el bolsillo de las familias, la falta de divisas, la escasez de combustible, la desconfianza y la urgencia de respuestas serias. Esta crisis no es abstracta: tiene nombres, rostros y consecuencias concretas. La economía debe ponerse al servicio de las mayorías y no de intereses particulares. Exige medidas responsables que atiendan primero a quienes más han sufrido, y que reconstruyan nuestra patria con equidad, empleo digno y verdaderas oportunidades para los jóvenes.
La Gobernación de Santa Cruz, en medio de esta tempestad, ha sufrido los efectos de decisiones y retrasos que afectan directamente a la gente. La demora en la transferencia de recursos que por ley nos corresponden, como los destinados a la red vial departamental, y los bajos ingresos por regalías, que han generado una emergencia que pone en riesgo obras, conectividad y el bienestar social de nuestra gente. Nosotros como Asamblea Legislativa Departamental, hemos levantado la voz para exigir que se cumplan los compromisos, porque no podemos permitir que la falta de recursos se traduzca en más desigualdad y mayor abandono.
La paz social es frágil cuando la gente siente que no la escuchan, que no hay mecanismos para resolver conflictos sin violencia. Hemos visto, en el pasado reciente, cómo las diferencias se pueden transformar en confrontaciones que hieren, que dividen y que retrasan. Por eso, hoy más que nunca, quiero hacer un llamado a resolver las discrepancias por la vía del diálogo, con respeto y con civismo. No permitamos que la rabia se convierta en destrucción.
Desde Santa Cruz también reafirmamos que la defensa de la autonomía regional no está reñida con la cooperación nacional. Al contrario: una Bolivia que reconoce y respeta sus diferencias regionales es una Bolivia más fuerte y más justa. La autonomía es expresión de responsabilidad y cercanía con la gente, y al mismo tiempo una invitación a construir un estado más sólido que alcance a todos los Bolivianos.
Los jóvenes son el latido más intenso de esta nación. En sus sueños se juega el futuro de Bolivia. Su frustración ante la falta de oportunidades, ante un mercado que no absorbe y ante promesas incumplidas es una señal de alarma. Debemos convertir ese descontento en esperanza: inversión en educación real, estímulo al emprendimiento, puertas abiertas para que no tengan que migrar por falta de alternativas. Esta preocupación nace de ver cómo la crisis económica ha cerrado caminos; Por ello propongo que juntos abramos otros.
No podemos hablar de independencia sin hablar de nuestros pueblos indígenas y de la Madre Tierra. No es una consigna, es una realidad viva. Reconocer a los pueblos indígenas, proteger sus derechos, y cuidar los ecosistemas que nos sustentan es parte de la libertad que nos pertenece a todos. Cuidar nuestras fuentes de agua, nuestros bosques y respetar las formas de gobierno comunitario es honrar la memoria de quienes fueron guardianes de esta tierra mucho antes de que se trazarán fronteras.
Y en este momento decisivo, hago un llamado a la responsabilidad ciudadana: que cada voto sea informado, que no se deje arrastrar por rumores, por campañas de desinformación ni por discursos que solo buscan dividir. La verdad es un bien común que debemos cuidar entre todos; la manipulación de la información sólo profundiza heridas, mientras que la ciudadanía consciente construye puentes.
Bolivia ha enfrentado grandes desafíos en su historia y siempre ha salido adelante, porque se supo unir lo diverso bajo un propósito superior. Hoy, en el bicentenario, esa misma grandeza está a nuestro alcance si dejamos de lado la desconfianza y optamos por la acción compartida. La independencia no se celebra con palabras vacías; se reafirma con hechos: con votos libres, con gobiernos transparentes, con territorios respetados, con jóvenes incluidos y con una naturaleza protegida.
Este bicentenario debe quedar en la historia como la advertencia de un pueblo que está despierto. Los convoco a que en las urnas ejerzan su voto como acto de soberanía, a que exijan cuentas, a que construyamos juntos una Bolivia donde el poder sirva y no se sirva; una Bolivia con transparencia, con paz y con equidad. Vamos juntos con la historia de nuestra mano, para escribir los próximos doscientos años de un país más grande, más digno y más libre.
¡Que viva la libertad y la Democracia!
Y que Dios a Bolivia y a todos los Bolivianos!
Muchas gracias!